Es un símbolo más, carente de significado litúrgico, se incluye en recuerdo de tiempos pasados en que los mismos servían para argumentar con las autoridades, religiosas y civiles, en casos de discrepancia.
Las pastas son de terciopelo rojo con orfebrería de plata repujada realizada en los Talleres de Villarreal en 1958.
La pértiga de acompañamiento adquirida en Orfebrería Andaluza en 1986 está rematada por un templete que guarda en su interior un viril. |